Outer Banks de Carolina del Norte: un encantador itinerario costero

El aeropuerto internacional más cercano es el Norfolk International, en Virginia, a una hora y media de distancia en automóvil de Outer Banks. Para ingresar a la isla, debes conducir a través del puente Wright Memorial Bridge, bautizado en honor a los hermanos Wright y su primer vuelo. Fue aquí mismo en Kill Devil Hills, tu primera parada, donde los hermanos Wilbur y Orville Wright volaron la primera aeronave impulsada, más pesada que el aire, en 1903. Camina por la línea de vuelo del histórico evento y obtendrás una nueva perspectiva de los viajes aéreos. El primer despegue no superó los 37 metros. Siguiendo por la isla hacia Nags Heads, te encontrarás con el Jockey’s Ridge State Park (Parque Estatal Jockey’s Ridge), hogar de la duna de arena más alta de la costa atlántica y una de las playas más hermosas del lugar. Aquí las personas se reúnen para volar cometas con los niños, escalar las dunas o hacer un pícnic. Prueba suerte con el sandboarding en las dunas, o aprovecha los vientos incesantes y practica ala delta en la playa. Espera al ocaso para una fotografía perfecta o dirígete un poco más al sur hasta Jennette’s Pier (muelle Jennette’s) para disfrutar de una fantástica vista panorámica. Nags Head es un buen lugar para quedarse por la noche. Tu siguiente destino está felizmente alejado.

Con una distancia de casi 230 kilómetros, el Outer Banks National Scenic Byway (Camino Panorámico Nacional de Outer Banks), también conocido como Highway 12, es la principal vía para viajar entre las islas. Dirígete al sur para disfrutar de un día de playa y sol en Cape Hatteras National Seashore (Costa Nacional de Cape Hatteras), que abarca 110 kilómetros de costas protegidas y vírgenes. Disfruta de actividades tales como surf, kitesurf, kayak, buceo con esnórquel, natación, pesca, pesca de cangrejos y, por supuesto, tomar sol. Durante la temporada del tercer viernes de abril hasta el 12 de octubre (Día de la Raza), atrévete a subir por el Bodie Island Lighthouse (Faro de la Isla Bodie), decorado con sus franjas horizontales de color blanco y negro. También puedes visitar el Cape Hatteras Lighthouse (Faro Cape Hatteras), el faro de ladrillos más alto de Estados Unidos. En el extremo de Hatteras Island, súbete al ferri gratuito hacia la remota Ocracoke Island (Isla Ocracoke). Con un estimado de miles de naufragios mar adentro, este es un destino imperdible para los buceadores. Los amantes de la historia también estarán intrigados con el cementerio británico de la época de la Segunda Guerra Mundial. Si estás listo para darle un descanso a tus chanclas por el día, podrás encontrar opciones de alojamiento relajadas y asequibles en el pueblo de Hatteras.

Conduce hacia el norte por la autopista y llega a tu punto de partida para pasar un día en los encantadores pueblos de Duck y Corolla. En Duck Town Park and Boardwalk (parque y pasarela del pueblo de Duck), puedes practicar canotaje o kayak, buscar cangrejos, llevar a los niños al parque infantil y caminar por el hermoso paseo marítimo. En las vecinas Waterfront Shops (tiendas costeras), compra regalos y recuerdos en las boutiques de los lugareños y almuerza en un restaurante costero. Si buscas acceso a la playa, ve al pueblo vecino de Corolla, donde los potros merodean libremente por la arena. Varias empresas ofrecen recorridos en la playa para acercarte a estos animales indomables. Desde marzo hasta principios de diciembre, puedes subir los 220 peldaños hasta la parte alta del Currituck Beach Lighthouse (Faro de Currituck Beach), una estructura de ladrillos sin pintar que merece, al menos, una bella fotografía fuera de la temporada. Muy cerca de allí, participa en un recorrido (autoguiado o con temática fantasmal) del Whalehead Club, una mansión junto al mar restaurada de la época de 1920. Con sus convenientes servicios y una sensación de complejo turístico, Corolla es un excelente lugar para pasar la noche.  

En tu camino de vuelta al continente, pasa algunas horas en Manteo, en Roanoke Island (Isla Roanoke). La isla está llena de influencias coloniales, comenzando por el fallido intento de establecer un campamento en 1584, seguido de una lucha con los habitantes nativos y la construcción de un fuerte que nunca se encontró. En 1587, Sir Walter Raleigh trajo consigo a 120 hombres, mujeres y niños ingleses a la isla. Posteriormente ese mismo año, el gobernador volvió a Europa en busca de suministros, pero debido a la guerra contra España, no pudo volver hasta 1590. Pero al regresar no encontró ningún rastro de la colonia. Esta desaparición se considera uno de los misterios más grandes de la historia de la colonización de la nación. ¿Te sientes intrigado? Ve a Fort Raleigh National Historic Site (Sitio Histórico Nacional Fort Raleigh) para una exhibición de “The Lost Colony” (La Colonia perdida), disponible para el público de mayo a agosto, la cual es toda una producción al aire libre que dramatiza este incomprensible evento. Contempla los coloridos árboles y flores en Elizabethan Gardens (Jardines Elizabeth), ubicados dentro del sitio histórico. Tu lección histórica continúa en Roanoke Island Festival Park (Parque Festival de la Isla Roanoke), una atracción interactiva y para toda la familia en la que puedes subirte a una nave al más puro estilo del siglo XVI, explorar una recreación del pueblo costero nativo estadounidense de los Algonquinos e interactuar con intérpretes históricos en la villa de asentamiento. Puedes comer un bocadillo en el distrito histórico de la costa de Manteo antes de volver al Norfolk International Airport para regresar a casa.